Han visitado tu página:

Causas de la ansiedad


Causas y desencadenantes

Habíamos dicho que la ansiedad se produce como respuesta a una posible amenaza. Pues bien, el problema surge cuando este mecanismo de defensa se activa cuando no existe un peligro real, es decir, lo percibimos como real pero está solo en nuestra mente. De esa manera, se producen "falsas alarmas" haciendo que el cuerpo reaccione como si estuviésemos ante una amenaza real cuando no es así. 


Nuestros pensamientos son los protagonistas. Muchas veces se producen auto-diálogos o diálogos internos que comienzan a crear ilusiones sobre lo que nos puede pasar, tenemos pensamientos negativos, exagerados y autodestructivos. Pensamos que lo que nos va a pasar, nos va a causar tal o cual síntoma ,y eso nos atemoriza, nos anticipamos a lo que sucederá. Así el miedo se hace presente y puede llegar a convertirse en pánico.


Todo este embrollo de pensamientos de tipo catastrófico hace que nos aislemos del exterior y que nos concentremos en lo que sentimos, volviéndonos hacia nuestro interior, tratando de confirmar nuestras sospechas y magnificando el miedo y los síntomas.

...
Si empezamos a sentir algunas de las sintomatologías características de la ansiedad y le damos importancia, veremos que se irán incrementando por el miedo mismo que le tenemos a sus consecuencias y todo se va a sentir más exagerado, desarrollando de este modo el círculo vicioso del miedo al miedo. Puede pasar que cuando enfrentamos situaciones que en otra oportunidad desencadenaron estos síntomas, asociemos dichas situaciones con aquellos síntomas y creamos que cada vez que pasemos por esa circunstancia determinada terminaremos sufriendo un ataque de ansiedad, esto se conoce como miedo anticipatorio.

En definitiva, son nuestros pensamientos y nuestra imaginación los que realmente disparan la ansiedad de manera inconsciente.

Si en vez de darle tanta relevancia a estos pensamientos buscamos distraernos, dejamos de lado estas ideas pesimistas, no les damos importancia y aprendemos a relajarnos, entonces la ansiedad bajará hasta el punto de desaparecer. Esto no se logra de un día para el otro, pero ponerlo en práctica nos ayudará en el proceso de reeducar nuestra mente. Muchos especialistas de la Salud Mental enseñan a sus pacientes a controlar estos pensamientos pesimistas y a así van mejorando paulatinamente.



Distracción y relajación: son importantes para bajar la ansiedad

Factores que contribuyen a sufrir ansiedad son:

La herencia: No es que la ansiedad sea algo que se herede sino que ciertas personas son más susceptibles a sufrirla si hubo en su familia casos similares, esto puede hacer que la mente de dicho individuo sea más propensa a sentir esos síntomas, o a pensar de manera negativa o a preocuparse en demasía, etc.
No por ello esa persona debe hacerse a la idea de que haga lo que haga padecerá de ansiedad o se verá afectada siempre por ella. La ansiedad es algo que se aprende a sentir, habituándonos a ella, y asociando determinadas reacciones por nuestra parte como respuestas a ciertas situaciones. Es por eso que del mismo modo podemos enseñarle a nuestro cerebro a dejar de padecerla respondiendo a estas situaciones de manera diferente, dejando atrás la ansiedad.

Estrés post-traumático: Si una persona experimenta la pérdida de un familiar, un suceso trágico o traumático, un accidente o algo que haya puesto en riesgo su vida, esto le podrá generar ansiedad seguramente por algún tiempo y dependiendo de su personalidad puede que le sea difícil desprenderse de ella. Esto es lo que se conoce como estrés post-traumático. Lo más adecuado en estos casos es poder tratar estos temas en terapia para poder resolver el duelo, la aceptación de la situación, y sobretodo comprender que eso ya pasó y que hay que dejarlo atrás y encontrar la forma de superarlo y seguir adelante.

Estrés excesivo: Una persona que tiene en su vida mucho estrés, ya sea laboral, por temas familiares, por autoexigencias propias de su personalidad o por la tensión del día a día, será seguramente más propensa a sentir ansiedad. Si además se trata de una persona introvertida, a la que le resulte difícil expresar cómo se siente, compartirlo o desprenderse de la tensión de alguna forma (ejercicio, terapia, actividad social, etc.) esto puede hacer que sufra los síntomas de la ansiedad como respuesta a la ansiedad acumulada en su cuerpo en forma de tensión y en su mente en forma de pensamientos negativos o pesimistas.

Los síntomas de la ansiedad son sólo eso, síntomas. El hecho de que los percibamos con mucha intensidad no implica que sean peligrosos o graves, ellos no reflejan nuestra salud, sino un estado momentáneo de miedo extremo que eventualmente pasará.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Mi experiencia con la ansiedad

Otros trastornos