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He buscado artículos relacionados con la ansiedad, sus causas, sus síntomas, y cómo superarla, y he seleccionado algunos que me parecieron interesantes. Los invito a leerlos y a dejar sus opiniones y comentarios.
Ansiedad Social: un obstáculo de peso para el normal rendimiento laboral y académico
Las limitaciones causadas por la Fobia Social son severas y persistentes. Es muy frecuente el abandono de los estudios, ya sea a nivel secundario o universitario, y la evitación de trabajos que impliquen reuniones de equipo, compartir espacios comunes o liderar un grupo. En un estudio realizado por CentroIma sobre 128 casos, el 73% de los pacientes con este trastorno mostraron fracasos académicos y laborales graves o severos, debidos a los invalidantes niveles de ansiedad que experimentan en las relaciones interpersonales. Si a ellos se le suman los que reportaron un deterioro moderado en su actividad (25%), encontramos que el 98% presenta afectación de moderada a severa. Sólo el 2% de los pacientes con Fobia Social reportó deterioro leve o nulo de sus rendimientos.
Este trastorno comienza en la adolescencia o en la adultez temprana, períodos de la vida en los que resulta de capital importancia la satisfactoria inclusión en grupos o ámbitos socio-laborales. Es por ello que la intensa ansiedad y angustia en situaciones de desempeño social suele resultar especialmente perturbadora para los jóvenes, dificultando el normal desarrollo de su personalidad y sus potencialidades.
En un estudio citado más arriba, realizado en nuestra institución, el 98% de los pacientes con Fobia Social reportó un impacto moderado o severo sobre su calidad de vida y, en el mismo grupo, el 88% debió disminuir en forma significativa su calidad laboral o interrumpir estudios secundarios o universitarios a causa de su sintomatología.
Con respecto al rendimiento académico, cabe destacar que muchos de los pacientes incapacitados para rendir un examen oral se encuentran en condiciones de obtener resultados satisfactorios en pruebas escritas, pero no existe en el país o en los establecimientos educativos legislación que contemple las limitaciones que causa esta patología para determinados rendimientos.
Actividades más frecuentemente afectadas, causantes de abandono o deterioro de la calidad de vida:
* Imposibilidad de opinar o exponer en reuniones laborales.
* Imposibilidad o dificultad de participar en trabajos de equipo.
* Evitación de ascensos que impliquen mayo responsabilidad o mayor exigencia en la interacción con otros empleados.
Desinformación: los pacientes con fobia social demoran varios años en llegar a la consulta especializada (gráfico 2), a partir del inicio de su sintomatología. Esto se debe a que, en los primeros años de evolución, ya sea en la infancia o en la adolescencia, su retracción social es tomada, por el paciente mismo, sus familiares cercanos e incluso por el médico clínico o pediatra, como “un modo de ser”, más que como “un modo de estar” patológico que podría, por consiguiente, resultar modificable mediante un tratamiento adecuado y oportuno. La escasa información que maneja la población, y muchas veces los profesionales acerca de este trastorno y de su buena respuesta a tratamientos especialmente diseñados, colabora en que el índice de búsqueda de ayuda profesional se mantenga en valores muy bajos, a pesar de que existen herramientas de detección (ver Cuadro1) y tratamiento altamente eficaces.
Herramientas terapéuticas inadecuadas: un buen porcentaje de quienes sí consultan es derivado a tratamientos psicoterapéuticos no adecuados para esta patología en particular. Se encuentra ampliamente documentado, por numerosos estudios a nivel internacional, que las fobias en general y la Fobia Social en particular presentan una respuesta significativamente mayor y mejor a tratamientos cognitivo-conductuales específicos, integrados con farmacoterapia cuando el caso lo requiere, que a las psicoterapias tradicionales.
Objetivos terapéuticos inadecuados: con elevada frecuencia estos pacientes son tratados por sus comorbilidades, es decir, patologías asociadas, sin tener en cuenta la patología principal
que les dio origen . Así, es común que los tratamientos se enfoquen en los cuadros depresivos o de ansiedad general, así como de abuso de sustancias, quedando la Fobia Social sin tratar, lo que garantiza, al corto o mediano plazo, el fracaso de los esfuerzos realizados.
Conclusiones
La Fobia Social es una patología de elevada prevalencia en la población y es causa de un deterioro significativo en los rendimientos académicos y laborales.
Además, se asocia con elevada frecuencia a trastornos anímicos y adictivos y en alto porcentaje es un factor de importancia para el desarrollo de dichos trastornos. Si bien existen medios diagnósticos y terapéuticos eficaces, aún no son instrumentados de manera significativa a nivel de la salud pública.
- Fuente: Dr. Enzo H. Cascardo & Dr. Pablo E. Resnik
CentroIMA Centro de Investigaciones Médicas en Ansiedad · Mayo 2006
Trastorno de Ansiedad Generalizada: El mal de nuestro tiempo
Dentro del espectro de Trastornos de Ansiedad, hay uno que, en particular, es difícilmente auto-diagnosticable. Está signado por la preocupación excesiva. Pero cómo hacer para diferenciar la preocupación adecuada de la que no lo es. El límite entre una y otra es, muchas veces, poco claro y menos aún para quien padezca de Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG).
Puede estar afectando a cualquiera de nosotros o de los que nos rodean. Las personas con TAG son personas preocupadas o que se enganchan con todo. Son acelerados, impacientes, quieren todo ya. Viven como enchufados y son nerviosos. Están irritables, se enojan por cualquier cosa. Tienen un alto sentido del “deber”, son responsables o, más bien, sobre-responsables. Les gusta tener todo bajo control. Les cuesta delegar. Padecen síntomas, y conviven con ellos. A diferencia del Trastorno de Pánico, donde los síntomas físicos aparecen de forma violenta y durante períodos muy cortos, en el TAG, los síntomas físicos son producto de la tensión que se sostiene por períodos muy largos de tiempo. De acuerdo con los grupos musculares que estén comprometidos, las personas afectadas pueden sufrir dolores de cabeza, mareos, temblores, contracturas, bruxismo, sensaciones de ahogo, inquietud motora (por ejemplo, mover una pierna estando sentado) y fatiga. También son frecuentes los desórdenes gastrointestinales y la sudoración. A nivel del pensamiento, nos encontramos con preocupaciones de distinto contenido. Los temas son variados y suelen estar relacionados con la vida cotidiana. Por ejemplo, en las mujeres, son típicos los temores a que alguno de los hijos o el marido sufra un accidente o enfermedad, la posibilidad de ser asaltados. En los hombres, son más frecuentes los temas relacionados con el posible desperfecto del automóvil, con el orden económico y laboral; en general, siguen pensando en el trabajo o se llevan tareas para terminarlas en casa. Este cuadro acarrea dificultades para conciliar el sueño o relajarse. Las personas con TAG tienen tendencia a pensar catastróficamente y hacen verdaderos esfuerzos para tratar de prevenir las posibles amenazas; de ahí que, a nivel de la conducta, realicen distintas maniobras para tratar de neutralizar o controlar lo que temen, En algunos casos, llegan también a preocuparse por la preocupación, es decir, que la padecen como incontrolable e intentan tratar de suprimirla, pero terminan fracasando. Sin embargo, hay un límite para la preocupación y si ese límite se desconoce, se la empieza a vivir como incontrolable y comienza a ser un problema en sí misma.
Aparecen las dificultades para concentrarse, para resolver problemas, la irritabilidad, la impaciencia y una visión negativa que abarca todas las áreas de la vida. De ahí, la importancia del diagnóstico de este trastorno para su tratamiento. Muchos de los afectados toman psicofármacos, a veces, por su cuenta. Sin embargo, no siempre obtienen los resultados esperados. El tratamiento que no aborde los aspectos psicológicos del problema difícilmente pueda ser efectivo. En este sentido, la psicoterapia cognitiva conductual viene demostrando ser muy adecuada para esta problemática. Lo que se hace desde esta perspectiva es, en primer término, psicoeducar al paciente para que pueda discernir entre ansiedad normal y patológica. Se le enseña a identificar las esferas de preocupación, a identificar y a clasificar los pensamientos distorsionados y se lo entrena en distintas técnicas que van desde posponer la preocupación hasta el entrenamiento en resolución de problemas. También, se utilizan técnicas que apuntan a poder trabajar las áreas afectadas por la tensión con ejercicios de respiración controlada y relajación.
El objetivo final no es eliminar la preocupación, ya que este proceso es parte de la vida y de hecho sirve para prevenir. En cambio, se busca generar la optimización de la preocupación, dejándola en niveles que no terminen inmovilizando y afectando la posibilidad de disfrutar.
Lic. Daniel Bogiaizian Presidente y Director del área Psicológica de la Asociación AYUDA; Secretario de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad; miembro de la ADAA (Asociación Norteamericana de Trastornos de Ansiedad); docente de la Universidad de Belgrano, Miembro del Comité Ejecutivo de GAMIAN (Alianza de Redes por la Defensa de la Salud Mental).
Fuente: REVISTA CARAS – SECCIÓN SALUD – MARZO 2002
Estudio sobre ansiedad Psicología Clínica y Psicoterapia
La ansiedad es una respuesta emocional que se presenta en el sujeto ante situaciones que percibe o interpreta como amenazantes o peligrosas, aunque en realidad no se pueden valorar como tal, esta manera de reaccionar de forma no adaptativa, hace que la ansiedad sea nociva porque es excesiva y frecuente. Es por esto que la ansiedad es considerada como un trastorno mental prevalente en la actualidad, ya que engloba toda una serie de cuadros clínicos que comparten, como rasgo común, extrema de carácter patológico, que se manifiesta en múltiples disfunciones y desajustes a nivel cognitivo, conductual y psicofisiológico. Estos factores son expresados en diferentes ámbitos como el familiar, social o bien el laboral. Es precisamente en este último donde el presente estudio de investigación experimental se llevó a cabo, teniendo como su principal objetivo la disminución de los niveles de ansiedad del personal de una organización financiera a través de la implementación de un método y ejercicios mentales (MENTAL GOLD). Para el desarrollo de dicho estudio se contempló el apoyo del diseño pretest y postest con división de grupo control y experimental, fortaleciendo así los principios de confiabilidad y validez, los cuales se reflejaron en los resultados, ya que se presentó una reducción de la ansiedad.
Un análisis de la Organización Europea para la Salud en el Trabajo mencionó que en Norteamérica (Estados Unidos, Canadá y México) los trabajadores latinoamericanos presentan un cuadro en donde el 13% se queja de dolores de cabeza, un 17% dolores musculares, 30 % dolor de espalda, 20 fatiga y 28%, componentes de ansiedad. Definitivamente, la ansiedad y sus efectos traen consigo un desgaste emocional y comportamental demasiado serio y complicado. Ante esto, el presente estudio de investigación ofrece una propuesta para mejorar esa salud mental especialmente en el ámbito laboral y, por ende, para que esta actitud de mejoría se refleje en otros, como la familia y sociedad. De acuerdo a lo anterior la problemática es:
¿Cómo se beneficia el personal de una organización financiera al implementar métodos mentales (Gold) para disminuir los niveles de ansiedad durante le periodo de auditorias mensuales?
Importancia del estudio
El mundo actual implica una época de grandes cambios, con ritmos de vida enormemente acelerado, mayor demanda de competencia y especialización. Este entorno exige a las personas mayor grado de autonomía, flexibilidad, capacidad de iniciativa, seguridad en sí mismo y capacidad para moldearse a situaciones nuevas. Precisamente, las contrariedades y exigencias que cotidianamente debe enfrentar el hombre propician estar sometido a muchos momentos de angustia, lo cual la hace responsable de aspectos tan diversos como: la primera úlcera gástrica de un ejecutivo, el accidente de cierta persona, la incapacidad de un individuo para disfrutar de las relaciones sexuales con su pareja o una inexplicable depresión. Datos de la Organización Mundial de la Salud del año 2001 situaban en aproximadamente 450 millones el número de personas aquejadas por este tipo de trastorno mental. En sí, la angustia o indicadores estresantes están en todos lados y ámbitos como el educativo, familiar, social y laboral. Respecto a este último, el cual es el área de interés de la presente investigación, se manejan datos alarmantes sobre la ansiedad y sus componentes estresantes; los autores Juan Aparicio y Roberto Rodríguez González (2003) hacen un análisis con relación al ministerio del trabajo, y expresan que un 52% de empleados han padecido de ansiedad o preocupaciones y que esta cifra podría incrementarse a un 70%, debido a las diferentes demandas actuales del medio ambiente. Estos datos reflejan una actualidad de nuestro marco laboral a nivel de la salud mental; es por ello que en esta investigación el principal aporte consiste en establecer un método (mental Gold) que reduzca este tipo de causas, que no solamente se quedan en el trabajo sino al contrario, el empleado las lleva a otro lado como el hogar y que por ende conlleva a diferentes dificultades.
El punto central de la disminución de la ansiedad es aportar a las individuos, familias y sociedad estrategias de respuesta más activas que faciliten el intercambio de buenas relaciones y una interpretación del entorno más adecuado.
Marco Teórico
“Yo siempre pensé que era aprensivo. Me sentía inquieto y no podía descansar. A veces estas sensaciones iban y venían. Otras veces eran constantes. Podían durar días. Me preocupaba por la cena que iba a preparar para la fiesta o cuál sería un magnífico regalo para alguien. Simplemente no podía dejar nada de lado.
Tenía serios problemas para dormir. Hubo ocasiones en que despertaba ansioso en la mañana o en la mitad de la noche. Me costaba trabajo concentrarme aún mientras leía el periódico o una novela. A veces me sentía un poco mareado. Mi corazón latía apresuradamente o me golpeaba en el pecho. Esto me preocupaba aún más”.
Sobre salud mental
Existen muchas opiniones acerca de los componentes y procesos de la salud mental. Es un concepto muy cargado de valor, y no es probable que se llegue a una definición unánime de él. Al igual que el concepto fuertemente asociado, el de estrés, la salud mental se define (Warr 1994) como:
- Un estado: por ejemplo, un estado de bienestar psicológico y social total de un individuo en un entorno sociocultural dado, indicativo de estados de ánimo y afectos positivos (por ejemplo, placer, satisfacción y comodidad) o negativos (ansiedad, estado de ánimo depresivo e insatisfacción);
He buscado artículos relacionados con la ansiedad, sus causas, sus síntomas, y cómo superarla, y he seleccionado algunos que me parecieron interesantes. Los invito a leerlos y a dejar sus opiniones y comentarios.
Ansiedad Social: un obstáculo de peso para el normal rendimiento laboral y académico
Las limitaciones causadas por la Fobia Social son severas y persistentes. Es muy frecuente el abandono de los estudios, ya sea a nivel secundario o universitario, y la evitación de trabajos que impliquen reuniones de equipo, compartir espacios comunes o liderar un grupo. En un estudio realizado por CentroIma sobre 128 casos, el 73% de los pacientes con este trastorno mostraron fracasos académicos y laborales graves o severos, debidos a los invalidantes niveles de ansiedad que experimentan en las relaciones interpersonales. Si a ellos se le suman los que reportaron un deterioro moderado en su actividad (25%), encontramos que el 98% presenta afectación de moderada a severa. Sólo el 2% de los pacientes con Fobia Social reportó deterioro leve o nulo de sus rendimientos.
...
El Trastorno de Ansiedad Social (también llamado Fobia Social) se caracteriza por temor y ansiedad exagerados a ser objeto de juicios negativos y, por lo tanto, a enfrentar determinadas situaciones sociales, a la interacción con los demás o, simplemente, a ser observados. Expuestos a tales situaciones, los afectados suelen presentar ansiedad creciente, temblores, rubor, taquicardia, transpiración y dificultad para pensar, pudiendo llegar, con frecuencia a sufrir un verdadero ataque de pánico. Esta sintomatología provoca un alto grado de interferencia en la vida cotidiana de quienes la padecen.
La Fobia Social suele comenzar en la niñez o en la adolescencia (si bien puede también iniciarse en adultos jóvenes) y afecta a un 12,1% de la población. Es más frecuente en el sexo femenino (71% de mujeres y 29% de hombres, en un estudio sobre 384 casos realizado por CentroIma en 2003). Si no se la trata de manera adecuada, evoluciona en forma crónica.
Impacto sobre el desempeño
El Trastorno de Ansiedad Social (también llamado Fobia Social) se caracteriza por temor y ansiedad exagerados a ser objeto de juicios negativos y, por lo tanto, a enfrentar determinadas situaciones sociales, a la interacción con los demás o, simplemente, a ser observados. Expuestos a tales situaciones, los afectados suelen presentar ansiedad creciente, temblores, rubor, taquicardia, transpiración y dificultad para pensar, pudiendo llegar, con frecuencia a sufrir un verdadero ataque de pánico. Esta sintomatología provoca un alto grado de interferencia en la vida cotidiana de quienes la padecen.
La Fobia Social suele comenzar en la niñez o en la adolescencia (si bien puede también iniciarse en adultos jóvenes) y afecta a un 12,1% de la población. Es más frecuente en el sexo femenino (71% de mujeres y 29% de hombres, en un estudio sobre 384 casos realizado por CentroIma en 2003). Si no se la trata de manera adecuada, evoluciona en forma crónica.
Impacto sobre el desempeño
Este trastorno comienza en la adolescencia o en la adultez temprana, períodos de la vida en los que resulta de capital importancia la satisfactoria inclusión en grupos o ámbitos socio-laborales. Es por ello que la intensa ansiedad y angustia en situaciones de desempeño social suele resultar especialmente perturbadora para los jóvenes, dificultando el normal desarrollo de su personalidad y sus potencialidades.
En un estudio citado más arriba, realizado en nuestra institución, el 98% de los pacientes con Fobia Social reportó un impacto moderado o severo sobre su calidad de vida y, en el mismo grupo, el 88% debió disminuir en forma significativa su calidad laboral o interrumpir estudios secundarios o universitarios a causa de su sintomatología.
Con respecto al rendimiento académico, cabe destacar que muchos de los pacientes incapacitados para rendir un examen oral se encuentran en condiciones de obtener resultados satisfactorios en pruebas escritas, pero no existe en el país o en los establecimientos educativos legislación que contemple las limitaciones que causa esta patología para determinados rendimientos.
Actividades más frecuentemente afectadas, causantes de abandono o deterioro de la calidad de vida:
* Imposibilidad de opinar o exponer en reuniones laborales.
* Imposibilidad o dificultad de participar en trabajos de equipo.
* Evitación de ascensos que impliquen mayo responsabilidad o mayor exigencia en la interacción con otros empleados.
* Evitación de entrevistas laborales.
* Aislamiento social en ámbitos escolares o universitarios.
* Evitación de situaciones de examen.
* Evitación de tareas docentes que obligan a exponer en público.
* Evitación de eventos sociales de todo tipo.
El 92% de estos pacientes no recibía tratamiento o no recibía un tratamiento adecuado a la hora de sufrir las consecuencias de sus limitaciones.
La Ansiedad Social se presenta asociada a otras patologías psíquicas en un 81 % de los casos. Estas resultan un elemento de peso a la hora de considerar las diversas causas de deterioro de la vida socio-laboral en estos pacientes.
Veamos algunos números:
- El 41,4% de estos pacientes presenta cuadros depresivos, muchas veces severos. Entre ellos, en el 64,2 % la Ansiedad Social fue el primer trastorno en aparecer, lo que refleja su importancia como desencadenante de trastornos anímicos secundarios.
- El 39,6% presenta abuso de sustancias en forma reiterada, dato que reviste enorme importancia ya que gran parte de quienes padecen esta patología son jóvenes con alto grado de vulnerabilidad a desarrollar algún tipo de adicción. Numerosos estudios revelan que la Ansiedad Social suele preceder al abuso o dependencia del alcohol. La bebida es un recurso muy utilizado para aliviar las inhibiciones sociales, lo que puede conducir al hábito y a la adicción en personas muy afectadas.
- El 32% de quienes padecen alcoholismo presenta Fobia Social, porcentaje casi tres veces más alto que el de la población general. Además, cerca del 65% de ellos reportó la ansiedad social como previa al desarrollo del alcoholismo, lo cual refuerza la idea de alcoholismo como producto, en muchos casos, de la Fobia Social.
Obstáculos para un tratamiento efectivo
* Evitación de situaciones de examen.
* Evitación de tareas docentes que obligan a exponer en público.
* Evitación de eventos sociales de todo tipo.
El 92% de estos pacientes no recibía tratamiento o no recibía un tratamiento adecuado a la hora de sufrir las consecuencias de sus limitaciones.
La Ansiedad Social se presenta asociada a otras patologías psíquicas en un 81 % de los casos. Estas resultan un elemento de peso a la hora de considerar las diversas causas de deterioro de la vida socio-laboral en estos pacientes.
Veamos algunos números:
- El 41,4% de estos pacientes presenta cuadros depresivos, muchas veces severos. Entre ellos, en el 64,2 % la Ansiedad Social fue el primer trastorno en aparecer, lo que refleja su importancia como desencadenante de trastornos anímicos secundarios.
- El 39,6% presenta abuso de sustancias en forma reiterada, dato que reviste enorme importancia ya que gran parte de quienes padecen esta patología son jóvenes con alto grado de vulnerabilidad a desarrollar algún tipo de adicción. Numerosos estudios revelan que la Ansiedad Social suele preceder al abuso o dependencia del alcohol. La bebida es un recurso muy utilizado para aliviar las inhibiciones sociales, lo que puede conducir al hábito y a la adicción en personas muy afectadas.
- El 32% de quienes padecen alcoholismo presenta Fobia Social, porcentaje casi tres veces más alto que el de la población general. Además, cerca del 65% de ellos reportó la ansiedad social como previa al desarrollo del alcoholismo, lo cual refuerza la idea de alcoholismo como producto, en muchos casos, de la Fobia Social.
Obstáculos para un tratamiento efectivo
Desinformación: los pacientes con fobia social demoran varios años en llegar a la consulta especializada (gráfico 2), a partir del inicio de su sintomatología. Esto se debe a que, en los primeros años de evolución, ya sea en la infancia o en la adolescencia, su retracción social es tomada, por el paciente mismo, sus familiares cercanos e incluso por el médico clínico o pediatra, como “un modo de ser”, más que como “un modo de estar” patológico que podría, por consiguiente, resultar modificable mediante un tratamiento adecuado y oportuno. La escasa información que maneja la población, y muchas veces los profesionales acerca de este trastorno y de su buena respuesta a tratamientos especialmente diseñados, colabora en que el índice de búsqueda de ayuda profesional se mantenga en valores muy bajos, a pesar de que existen herramientas de detección (ver Cuadro1) y tratamiento altamente eficaces.
Herramientas terapéuticas inadecuadas: un buen porcentaje de quienes sí consultan es derivado a tratamientos psicoterapéuticos no adecuados para esta patología en particular. Se encuentra ampliamente documentado, por numerosos estudios a nivel internacional, que las fobias en general y la Fobia Social en particular presentan una respuesta significativamente mayor y mejor a tratamientos cognitivo-conductuales específicos, integrados con farmacoterapia cuando el caso lo requiere, que a las psicoterapias tradicionales.
Objetivos terapéuticos inadecuados: con elevada frecuencia estos pacientes son tratados por sus comorbilidades, es decir, patologías asociadas, sin tener en cuenta la patología principal
que les dio origen . Así, es común que los tratamientos se enfoquen en los cuadros depresivos o de ansiedad general, así como de abuso de sustancias, quedando la Fobia Social sin tratar, lo que garantiza, al corto o mediano plazo, el fracaso de los esfuerzos realizados.
Conclusiones
La Fobia Social es una patología de elevada prevalencia en la población y es causa de un deterioro significativo en los rendimientos académicos y laborales.
Además, se asocia con elevada frecuencia a trastornos anímicos y adictivos y en alto porcentaje es un factor de importancia para el desarrollo de dichos trastornos. Si bien existen medios diagnósticos y terapéuticos eficaces, aún no son instrumentados de manera significativa a nivel de la salud pública.
- Fuente: Dr. Enzo H. Cascardo & Dr. Pablo E. Resnik
CentroIMA Centro de Investigaciones Médicas en Ansiedad · Mayo 2006
Trastorno de Ansiedad Generalizada: El mal de nuestro tiempo
Dentro del espectro de Trastornos de Ansiedad, hay uno que, en particular, es difícilmente auto-diagnosticable. Está signado por la preocupación excesiva. Pero cómo hacer para diferenciar la preocupación adecuada de la que no lo es. El límite entre una y otra es, muchas veces, poco claro y menos aún para quien padezca de Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG).
Puede estar afectando a cualquiera de nosotros o de los que nos rodean. Las personas con TAG son personas preocupadas o que se enganchan con todo. Son acelerados, impacientes, quieren todo ya. Viven como enchufados y son nerviosos. Están irritables, se enojan por cualquier cosa. Tienen un alto sentido del “deber”, son responsables o, más bien, sobre-responsables. Les gusta tener todo bajo control. Les cuesta delegar. Padecen síntomas, y conviven con ellos. A diferencia del Trastorno de Pánico, donde los síntomas físicos aparecen de forma violenta y durante períodos muy cortos, en el TAG, los síntomas físicos son producto de la tensión que se sostiene por períodos muy largos de tiempo. De acuerdo con los grupos musculares que estén comprometidos, las personas afectadas pueden sufrir dolores de cabeza, mareos, temblores, contracturas, bruxismo, sensaciones de ahogo, inquietud motora (por ejemplo, mover una pierna estando sentado) y fatiga. También son frecuentes los desórdenes gastrointestinales y la sudoración. A nivel del pensamiento, nos encontramos con preocupaciones de distinto contenido. Los temas son variados y suelen estar relacionados con la vida cotidiana. Por ejemplo, en las mujeres, son típicos los temores a que alguno de los hijos o el marido sufra un accidente o enfermedad, la posibilidad de ser asaltados. En los hombres, son más frecuentes los temas relacionados con el posible desperfecto del automóvil, con el orden económico y laboral; en general, siguen pensando en el trabajo o se llevan tareas para terminarlas en casa. Este cuadro acarrea dificultades para conciliar el sueño o relajarse. Las personas con TAG tienen tendencia a pensar catastróficamente y hacen verdaderos esfuerzos para tratar de prevenir las posibles amenazas; de ahí que, a nivel de la conducta, realicen distintas maniobras para tratar de neutralizar o controlar lo que temen, En algunos casos, llegan también a preocuparse por la preocupación, es decir, que la padecen como incontrolable e intentan tratar de suprimirla, pero terminan fracasando. Sin embargo, hay un límite para la preocupación y si ese límite se desconoce, se la empieza a vivir como incontrolable y comienza a ser un problema en sí misma.
Aparecen las dificultades para concentrarse, para resolver problemas, la irritabilidad, la impaciencia y una visión negativa que abarca todas las áreas de la vida. De ahí, la importancia del diagnóstico de este trastorno para su tratamiento. Muchos de los afectados toman psicofármacos, a veces, por su cuenta. Sin embargo, no siempre obtienen los resultados esperados. El tratamiento que no aborde los aspectos psicológicos del problema difícilmente pueda ser efectivo. En este sentido, la psicoterapia cognitiva conductual viene demostrando ser muy adecuada para esta problemática. Lo que se hace desde esta perspectiva es, en primer término, psicoeducar al paciente para que pueda discernir entre ansiedad normal y patológica. Se le enseña a identificar las esferas de preocupación, a identificar y a clasificar los pensamientos distorsionados y se lo entrena en distintas técnicas que van desde posponer la preocupación hasta el entrenamiento en resolución de problemas. También, se utilizan técnicas que apuntan a poder trabajar las áreas afectadas por la tensión con ejercicios de respiración controlada y relajación.
El objetivo final no es eliminar la preocupación, ya que este proceso es parte de la vida y de hecho sirve para prevenir. En cambio, se busca generar la optimización de la preocupación, dejándola en niveles que no terminen inmovilizando y afectando la posibilidad de disfrutar.
Lic. Daniel Bogiaizian Presidente y Director del área Psicológica de la Asociación AYUDA; Secretario de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad; miembro de la ADAA (Asociación Norteamericana de Trastornos de Ansiedad); docente de la Universidad de Belgrano, Miembro del Comité Ejecutivo de GAMIAN (Alianza de Redes por la Defensa de la Salud Mental).
Fuente: REVISTA CARAS – SECCIÓN SALUD – MARZO 2002
Estudio sobre ansiedad Psicología Clínica y Psicoterapia
La ansiedad es una respuesta emocional que se presenta en el sujeto ante situaciones que percibe o interpreta como amenazantes o peligrosas, aunque en realidad no se pueden valorar como tal, esta manera de reaccionar de forma no adaptativa, hace que la ansiedad sea nociva porque es excesiva y frecuente. Es por esto que la ansiedad es considerada como un trastorno mental prevalente en la actualidad, ya que engloba toda una serie de cuadros clínicos que comparten, como rasgo común, extrema de carácter patológico, que se manifiesta en múltiples disfunciones y desajustes a nivel cognitivo, conductual y psicofisiológico. Estos factores son expresados en diferentes ámbitos como el familiar, social o bien el laboral. Es precisamente en este último donde el presente estudio de investigación experimental se llevó a cabo, teniendo como su principal objetivo la disminución de los niveles de ansiedad del personal de una organización financiera a través de la implementación de un método y ejercicios mentales (MENTAL GOLD). Para el desarrollo de dicho estudio se contempló el apoyo del diseño pretest y postest con división de grupo control y experimental, fortaleciendo así los principios de confiabilidad y validez, los cuales se reflejaron en los resultados, ya que se presentó una reducción de la ansiedad.
Un análisis de la Organización Europea para la Salud en el Trabajo mencionó que en Norteamérica (Estados Unidos, Canadá y México) los trabajadores latinoamericanos presentan un cuadro en donde el 13% se queja de dolores de cabeza, un 17% dolores musculares, 30 % dolor de espalda, 20 fatiga y 28%, componentes de ansiedad. Definitivamente, la ansiedad y sus efectos traen consigo un desgaste emocional y comportamental demasiado serio y complicado. Ante esto, el presente estudio de investigación ofrece una propuesta para mejorar esa salud mental especialmente en el ámbito laboral y, por ende, para que esta actitud de mejoría se refleje en otros, como la familia y sociedad. De acuerdo a lo anterior la problemática es:
¿Cómo se beneficia el personal de una organización financiera al implementar métodos mentales (Gold) para disminuir los niveles de ansiedad durante le periodo de auditorias mensuales?
Importancia del estudio
El mundo actual implica una época de grandes cambios, con ritmos de vida enormemente acelerado, mayor demanda de competencia y especialización. Este entorno exige a las personas mayor grado de autonomía, flexibilidad, capacidad de iniciativa, seguridad en sí mismo y capacidad para moldearse a situaciones nuevas. Precisamente, las contrariedades y exigencias que cotidianamente debe enfrentar el hombre propician estar sometido a muchos momentos de angustia, lo cual la hace responsable de aspectos tan diversos como: la primera úlcera gástrica de un ejecutivo, el accidente de cierta persona, la incapacidad de un individuo para disfrutar de las relaciones sexuales con su pareja o una inexplicable depresión. Datos de la Organización Mundial de la Salud del año 2001 situaban en aproximadamente 450 millones el número de personas aquejadas por este tipo de trastorno mental. En sí, la angustia o indicadores estresantes están en todos lados y ámbitos como el educativo, familiar, social y laboral. Respecto a este último, el cual es el área de interés de la presente investigación, se manejan datos alarmantes sobre la ansiedad y sus componentes estresantes; los autores Juan Aparicio y Roberto Rodríguez González (2003) hacen un análisis con relación al ministerio del trabajo, y expresan que un 52% de empleados han padecido de ansiedad o preocupaciones y que esta cifra podría incrementarse a un 70%, debido a las diferentes demandas actuales del medio ambiente. Estos datos reflejan una actualidad de nuestro marco laboral a nivel de la salud mental; es por ello que en esta investigación el principal aporte consiste en establecer un método (mental Gold) que reduzca este tipo de causas, que no solamente se quedan en el trabajo sino al contrario, el empleado las lleva a otro lado como el hogar y que por ende conlleva a diferentes dificultades.
El punto central de la disminución de la ansiedad es aportar a las individuos, familias y sociedad estrategias de respuesta más activas que faciliten el intercambio de buenas relaciones y una interpretación del entorno más adecuado.
Marco Teórico
“Yo siempre pensé que era aprensivo. Me sentía inquieto y no podía descansar. A veces estas sensaciones iban y venían. Otras veces eran constantes. Podían durar días. Me preocupaba por la cena que iba a preparar para la fiesta o cuál sería un magnífico regalo para alguien. Simplemente no podía dejar nada de lado.
Tenía serios problemas para dormir. Hubo ocasiones en que despertaba ansioso en la mañana o en la mitad de la noche. Me costaba trabajo concentrarme aún mientras leía el periódico o una novela. A veces me sentía un poco mareado. Mi corazón latía apresuradamente o me golpeaba en el pecho. Esto me preocupaba aún más”.
Paciente anónimo
Sobre salud mental
Existen muchas opiniones acerca de los componentes y procesos de la salud mental. Es un concepto muy cargado de valor, y no es probable que se llegue a una definición unánime de él. Al igual que el concepto fuertemente asociado, el de estrés, la salud mental se define (Warr 1994) como:
- Un estado: por ejemplo, un estado de bienestar psicológico y social total de un individuo en un entorno sociocultural dado, indicativo de estados de ánimo y afectos positivos (por ejemplo, placer, satisfacción y comodidad) o negativos (ansiedad, estado de ánimo depresivo e insatisfacción);
- Un proceso indicativo de una conducta de afrontamiento: por ejemplo, luchar por conseguir la independencia, autonomía (ambos aspectos clave de la salud mental);
- El resultado de un proceso: un estado crónico debido a una confrontación aguda e intensa con un factor estresante, como sucede en el Trastorno por Estrés Postraumático, o a la presencia continua de un factor estresante, no necesariamente intenso.
Origen de la palabra ansiedad
- El término ansiedad proviene del latían anxietas, congoja o aflicción. Consiste en un estado de malestar psicofísico caracterizado por una sensación de inquietud, intranquilidad, inseguridad o desosiego ante lo que se vivencia como una amenaza inminente y de causa indefinida. La diferencia básica entre la ansiedad normal y la patológica, es que ésta última se basa en una valoración irreal o distorsionada de la amenaza. Cuando la ansiedad es muy severa y aguda, puede llegar a paralizar al individuo, transformándose en pánico.
- Angustias, así como angor, angina, provienen de una misma raíz griega o latina, y significan constricción, sofocación, estrechez u opresión, y se refieren indudablemente a la sensación de opresión precordial y epigástrica con desasosiego que la caracteriza. La angustia es una manifestación emocional caracterizada por un temor a lo desconocido o a lo amenazante. Este temor se contrapone al miedo, que es un temor a algo concreto y definido (objeto o situación). Según su origen, la angustia puede presentarse de diferentes maneras. Existe una angustia que puede ser considerada normal, pues aparece frente a diversos estímulos estresantes, que implican una amenaza real e imponen un desafío. Si, por el contrario, la valoración de una amenaza es errónea o distorsionada o el estímulo es imaginario, se genera una angustia que tiende a persistir, transformándose en anormal o patológica. Es decir, la angustia normal se basa en preocupaciones presentes o del futuro inmediato y desaparece al resolver los problemas la angustia patológica, antes llamada neurótica, es de medida y persistente, planeando un futuro incierto o amenazante y va restringiendo la autonomía y desarrollo personal de quien la sufre.
- El existencialismo hizo profundos análisis filosóficos acerca de la denominada angustia existencial, que tiene su origen en el conflicto existencial del hombre frente a su ubicación en el mundo y a su finitud.
¿Es la ansiedad un fenómeno normal o patológico?
La ansiedad es una emoción normal que se experimenta en situaciones en las que el sujeto se siente amenazado por un peligro externo o interno. Habría que diferenciar entre miedo (el sujeto conoce el objeto externo y delimitado que le amenaza y se prepara para responder) y ansiedad (el sujeto desconoce el objeto, siendo la amenaza interna y existiendo una dificultad en la elaboración de la respuesta). La ansiedad es anormal cuando es desproporcionada y demasiado prolongada en relación con el estímulo desencadenante.
Panorama estadístico de la ansiedad en México y América Latina Asociación Psiquiátrica Americana (1995)
- Datos de la Organización Mundial de la Salud del año 2001 situaban en aproximadamente 450 millones el número de personas aquejadas de algún tipo de trastorno mental en todo el mundo.
- Los Trastornos de Ansiedad son considerados en la actualidad como el trastorno mental más común en los Estados Unidos y México. En algún momento de sus vidas, se prevé que cerca del 25% de la población experimentará algún tipo de Trastorno de Ansiedad. Uno de cada ocho Norteamericanos entre los 18y los 54 años padece algún tipo de Trastorno de Ansiedad. Este porcentaje de la población representa a más de 19 millones de personas.
Tabla 1
Sobre Tasas de prevalencia (Echeburúa, 1995)

¿Qué entendemos por ansiedad?
- Lang (2002): es una respuesta emocional que da el sujeto ante situaciones que percibe o interpreta como amenazas o peligros.
- Beck (1985) refiere que es la percepción del individuo a nivel incorrecto, estando basada en falsas premisas.
- Kiriacou y Sutcliffe (1987): una respuesta con efectos negativos (tales como cólera, ansiedad, depresión) acompañada de cambios fisiológicos potencialmente patógenos (descargas hormonales, incremento de la tasa cardiaca, etc.).
- Lazarus (1976): La ansiedad es un fenómeno que se da en todas las personas y que, bajo condiciones normales, mejora el rendimiento y la adaptación al medio social, laboral, o académico. Tiene la importante función de movilizarnos frente a situaciones amenazantes o preocupantes, de forma que hagamos lo necesario para evitar el riesgo, neutralizarlo, asumirlo o afrontarlo adecuadamente.
Enfoques teóricos sobre la etiología de la ansiedad. ¿Por qué se produce?
Existen distintos cuadros clínicos en los que la ansiedad es el síntoma fundamental. Entre ellos estaría el trastorno por crisis de angustia, en el que la ansiedad se presenta de forma episódica como palpitaciones, sensación de ahogo, inestabilidad, temblores o miedo a morirse; el trastorno de ansiedad generalizada, existiendo un estado permanente de angustia; el trastorno fóbico, con miedos específicos o inespecíficos; el trastorno obsesivo-compulsivo, con ideas “intrusitas” y desagradables que pueden acompañarse de actos rituales que disminuyen la angustia de la obsesión (lavarse muchas veces por miedo a contagiarse, comprobar las puertas o los enchufes, dudas continuas); las reacciones de estrés agudo o postraumático; y los trastornos de adaptación a situaciones vitales adversas. A continuación se mencionaran algunos enfoques sobre la ansiedad:
1. La ansiedad es la activación del sistema nervioso, consecuente con estímulos externos o como resultado de un trastorno endógeno de las estructuras o de la función cerebral. La activación se traduce como síntomas periféricos derivados del sistema nervioso vegetativo (aumento del tono simpático) y del sistema endocrino (hormonas suprarrenales), que dan los síntomas de la ansiedad. Por otro lado, los síntomas en estimulación del sistema límbico y de la corteza cerebral que se traducirán en síntomas psicológicos de ansiedad.
- El resultado de un proceso: un estado crónico debido a una confrontación aguda e intensa con un factor estresante, como sucede en el Trastorno por Estrés Postraumático, o a la presencia continua de un factor estresante, no necesariamente intenso.
Origen de la palabra ansiedad
- El término ansiedad proviene del latían anxietas, congoja o aflicción. Consiste en un estado de malestar psicofísico caracterizado por una sensación de inquietud, intranquilidad, inseguridad o desosiego ante lo que se vivencia como una amenaza inminente y de causa indefinida. La diferencia básica entre la ansiedad normal y la patológica, es que ésta última se basa en una valoración irreal o distorsionada de la amenaza. Cuando la ansiedad es muy severa y aguda, puede llegar a paralizar al individuo, transformándose en pánico.
- Angustias, así como angor, angina, provienen de una misma raíz griega o latina, y significan constricción, sofocación, estrechez u opresión, y se refieren indudablemente a la sensación de opresión precordial y epigástrica con desasosiego que la caracteriza. La angustia es una manifestación emocional caracterizada por un temor a lo desconocido o a lo amenazante. Este temor se contrapone al miedo, que es un temor a algo concreto y definido (objeto o situación). Según su origen, la angustia puede presentarse de diferentes maneras. Existe una angustia que puede ser considerada normal, pues aparece frente a diversos estímulos estresantes, que implican una amenaza real e imponen un desafío. Si, por el contrario, la valoración de una amenaza es errónea o distorsionada o el estímulo es imaginario, se genera una angustia que tiende a persistir, transformándose en anormal o patológica. Es decir, la angustia normal se basa en preocupaciones presentes o del futuro inmediato y desaparece al resolver los problemas la angustia patológica, antes llamada neurótica, es de medida y persistente, planeando un futuro incierto o amenazante y va restringiendo la autonomía y desarrollo personal de quien la sufre.
- El existencialismo hizo profundos análisis filosóficos acerca de la denominada angustia existencial, que tiene su origen en el conflicto existencial del hombre frente a su ubicación en el mundo y a su finitud.
¿Es la ansiedad un fenómeno normal o patológico?
La ansiedad es una emoción normal que se experimenta en situaciones en las que el sujeto se siente amenazado por un peligro externo o interno. Habría que diferenciar entre miedo (el sujeto conoce el objeto externo y delimitado que le amenaza y se prepara para responder) y ansiedad (el sujeto desconoce el objeto, siendo la amenaza interna y existiendo una dificultad en la elaboración de la respuesta). La ansiedad es anormal cuando es desproporcionada y demasiado prolongada en relación con el estímulo desencadenante.
Panorama estadístico de la ansiedad en México y América Latina Asociación Psiquiátrica Americana (1995)
- Datos de la Organización Mundial de la Salud del año 2001 situaban en aproximadamente 450 millones el número de personas aquejadas de algún tipo de trastorno mental en todo el mundo.
- Los Trastornos de Ansiedad son considerados en la actualidad como el trastorno mental más común en los Estados Unidos y México. En algún momento de sus vidas, se prevé que cerca del 25% de la población experimentará algún tipo de Trastorno de Ansiedad. Uno de cada ocho Norteamericanos entre los 18y los 54 años padece algún tipo de Trastorno de Ansiedad. Este porcentaje de la población representa a más de 19 millones de personas.
Tabla 1
Sobre Tasas de prevalencia (Echeburúa, 1995)
¿Qué entendemos por ansiedad?
- Lang (2002): es una respuesta emocional que da el sujeto ante situaciones que percibe o interpreta como amenazas o peligros.
- Beck (1985) refiere que es la percepción del individuo a nivel incorrecto, estando basada en falsas premisas.
- Kiriacou y Sutcliffe (1987): una respuesta con efectos negativos (tales como cólera, ansiedad, depresión) acompañada de cambios fisiológicos potencialmente patógenos (descargas hormonales, incremento de la tasa cardiaca, etc.).
- Lazarus (1976): La ansiedad es un fenómeno que se da en todas las personas y que, bajo condiciones normales, mejora el rendimiento y la adaptación al medio social, laboral, o académico. Tiene la importante función de movilizarnos frente a situaciones amenazantes o preocupantes, de forma que hagamos lo necesario para evitar el riesgo, neutralizarlo, asumirlo o afrontarlo adecuadamente.
Enfoques teóricos sobre la etiología de la ansiedad. ¿Por qué se produce?
Existen distintos cuadros clínicos en los que la ansiedad es el síntoma fundamental. Entre ellos estaría el trastorno por crisis de angustia, en el que la ansiedad se presenta de forma episódica como palpitaciones, sensación de ahogo, inestabilidad, temblores o miedo a morirse; el trastorno de ansiedad generalizada, existiendo un estado permanente de angustia; el trastorno fóbico, con miedos específicos o inespecíficos; el trastorno obsesivo-compulsivo, con ideas “intrusitas” y desagradables que pueden acompañarse de actos rituales que disminuyen la angustia de la obsesión (lavarse muchas veces por miedo a contagiarse, comprobar las puertas o los enchufes, dudas continuas); las reacciones de estrés agudo o postraumático; y los trastornos de adaptación a situaciones vitales adversas. A continuación se mencionaran algunos enfoques sobre la ansiedad:
1. La ansiedad es la activación del sistema nervioso, consecuente con estímulos externos o como resultado de un trastorno endógeno de las estructuras o de la función cerebral. La activación se traduce como síntomas periféricos derivados del sistema nervioso vegetativo (aumento del tono simpático) y del sistema endocrino (hormonas suprarrenales), que dan los síntomas de la ansiedad. Por otro lado, los síntomas en estimulación del sistema límbico y de la corteza cerebral que se traducirán en síntomas psicológicos de ansiedad.
2. Teoría Psicodinámica. Su creador fue Freud. Dijo que la angustia es más un proceso biológico (fisiológico), respuesta del organismo ante la sobre-excitación derivada del impulso sexual -libido- para posteriormente llegar a otra interpretación en donde la angustia sería la señal peligrosa en situaciones de alarma. Según esta teoría, la angustia procede de la lucha del individuo entre el rigor del súper yo y de los instintos prohibidos, ello, donde los estímulos instintivos inaceptables para el sujeto desencadenarían un estado de ansiedad.
3. Teorías Conductistas. Se basa en que todas las conductas son aprendidas y en algún momento de la vida se asocian a estímulos favorables o desfavorables adoptando así una connotación que va a mantenerse posteriormente. Según esta teoría, la ansiedad es el resultado de un proceso condicionado de modo que los sujetos que la padecen han aprendido erróneamente a asociar estímulos en un principio neutros, con acontecimientos vividos como traumáticos y, por tanto, amenazantes, de manera que cada vez que se produce contacto con dichos estímulos se desencadena la angustia asociada a la amenaza. La teoría del aprendizaje social dice que se puede desarrollar ansiedad no solo a través de la experiencia o información directa de acontecimientos traumáticos, sino a través del aprendizaje observacional de las personas significativas al entorno.
4. Teorías Cognitivistas. Considera la ansiedad como resultado de “cogniciones” patológicas. Se puede decir que el individuo “etiqueta” mentalmente la situación y la afronta con un estilo y conducta determinados. Por ejemplo, cualquiera de nosotros podemos tener una sensación física molesta en un momento determinado, si bien la mayoría de nosotros no concedemos ningún significado a esta experiencia. No obstante, existen personas que interpretan ello como una señal de alarma y una amenaza para su salud física o psíquica lo cual provoca una respuesta neurofisiológica desencadenando así la ansiedad.
Clasificación de los tipos de trastornos de ansiedad
1. Trastorno de Ansiedad por la Separación: Es la ansiedad excesiva por la separación del niño del hogar o de aquellos a quienes el niño está ligado. La persona puede desarrollar una preocupación excesiva al punto de que puede ponerse reacio o negarse a ir a la escuela, estar solo o dormir solo. Las pesadillas repetitivas y las quejas acerca de síntomas físicos (tales como el dolor de cabeza, dolor de estómago, náusea o vómitos) pueden ocurrir.
2. El Trastorno de Ansiedad Generalizado: Es la ansiedad excesiva y preocupación sobre los eventos o actividades, tal como el asistir a la escuela o trabajo.
3. El Trastorno de Pánico: Es la presencia recurrente e inesperada de ataques de pánico y preocupaciones persistentes acerca de tener los ataques. Los ataques de pánico se refieren a la ocurrencia repentina de temores intensos, miedo o terror, a menudo asociados con sentimientos de desgracia inminente. También puede sentirse corto de respiración, con palpitaciones, dolor de pecho o incomodidad, sensaciones de ahogo y asfixia y el temor de “volverse loco” o perder el control. 4. Las Fobias: Son los temores persistentes e irracionales de un objeto especifico, actividad o situación
Tabla 2
Para un mejor entendimiento la clasificación de trastornos de ansiedad (DSM-IV)

Principales síntomas de la ansiedad
Los síntomas característicos de los Trastornos de Ansiedad difieren de los sentimientos habituales de nerviosismo e inquietud en que se manifiestan externamente como reacciones desproporcionadas y/o injustificadas ante estímulos o situaciones ambientales cotidianas, reacciones que escapan del control voluntario de la persona, tienen un carácter intenso y recurrente, generan incomodidad y malestar e interfieren significativa y negativamente en la vida de la persona en múltiples niveles
Panorama de respuestas de ansiedad agrupadas en los tres sistemas de respuesta humana: síntomas subjetivos, cognitivos o de pensamiento
1. Preocupación
- Inseguridad
- Miedo o temor
- Aprensión
- Pensamientos negativos (inferioridad, incapacidad)
- Anticipación de peligro o amenaza
- Dificultad de concentración
- Dificultad para la toma de decisiones
- Sensación general de desorganización o pérdida de control sobre el ambiente
2. Motores u observables
- Hiperactividad
- Paralización motora
- Movimientos torpes y desorganizados
- Tartamudeo y otras dificultades de expresión verbal
- Conductas de evitación fisiológicos o corporales
- Síntomas cardiovasculares: palpitaciones, pulso rápido, tensión arterial alta, accesos de calor
- Síntomas respiratorios: sensación de sofoco, ahogo, respiración rápida y superficial, opresión torácica
- Síntomas gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea, aerofagia, molestias digestivas
- Síntomas genitourinarios: micciones frecuentes, enuresis, eyaculación precoz, frigidez, impotencia
- Síntomas neuromusculares: tensión muscular, temblor, hormigueo, dolor de cabeza tensional, fatiga excesiva
- Síntomas neurovegetativos: sequedad de boca, sudoración excesiva, mareos
Ámbitos o escenarios en donde se presenta la ansiedad y, en especial, el ambiente laboral
Es importante mencionar que la ansiedad no es propia de un escenario, ya que se puede manifestar en el hogares, eventos sociales, deportivos y en empresas como el caso de la presente investigación. Resulta importante tomar en cuenta la existencia de una serie de estresores externos que intervienen y pueden complicar la situación: Relaciones familiares, problemas legales, problemas económicos, etc.
Fuente: Rosa Aurora Virues ElizondoUniversidad Autónoma de Nuevo León
Monterrey, México, mayo 2005
Revista Picologia Cientifica.com
Ataque de pánico: cómo identificarlo y cómo tratarlo
Las consultas médicas de quienes padecen este trastorno se multiplican. Pero ¿por qué se producen?, ¿cuáles son sus síntomas? América Directo entrevistó a un experto, quien respondió en vivo las preguntas de los usuario.
Parece ser un mal común de nuestros tiempos, ya que cada vez más gente recurre al psicólogo y al médico clínico para saber a qué se deben los síntomas que padece. Incluso, muchos consultan primero con un cardiólogo, atribuyendo las fuertes taquicardias que sienten a un trastorno del corazón.
El licenciado Pablo López es psicólogo del Departamento de Psicoterapia Cognitiva de INECO, coordinador de la Carrera de Psicología de la Universidad Favaloro y de los posgrados del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.
En una entrevista con América Directo, respondió en vivo las inquietudes de los usuarios sobre este tema.
López explicó que existen muchos factores disparadores de un ataque de pánico, tales como vivir una experiencia traumática o distintas vivencias de estrés en nuestra vida cotidiana. “Hay que estar alerta a los síntomas, los más comunes son: sudoraciones, palpitaciones, opresión de pecho, falta de aire, miedo a desmayarse, sentirse débil, etc. Hay que tener 4 sobre 13 síntomas para que podamos tener un diagnóstico de este tipo”, sostuvo.
El pánico se asocia con la depresión, porque la vida se restringe tanto por los ataques de pánico – ya que se dejan de hacer distintas actividades por temor a que aparezcan los síntomas - que esto genera un cambio en la vida de la persona.
“Lo primero que uno debe hacer es tratar de tolerar la ansiedad. La persona con pánico rechaza continuamente cualquier cambio físico que pueda llegar a sentir: si está corriendo y siente palpitaciones deja de correr, pero lo ideal es que pueda tolerar esos síntomas para poder vencer el pánico”, aconsejó el experto.
López explicó que existen condiciones médicas que tienen síntomas similares al pánico, como la epilepsia del glóbulo temporal, el prolapso de la válvula mitral o el dolor de pecho no cardiogénico (personas que tienen durante muchos años dolor de pecho recurrente y no tienen ninguna patología orgánica). “Toda las personas con pánico tienen cierta predisposición y su sistema de miedo está hiperactivado”, afirmó.
El tratamiento para vencer este trastorno es una combinación entre terapia cognitivo conductual y farmacoterapia, aunque no necesariamente todos los casos requieren medicación. “No hay ningún estudio que asocie los ataque de pánico con la muerte, pero sabemos que las personas que tienen pánico suelen presentar los mismos hábitos pocos saludables de las que tienen una enfermedad cardiovascular: fumar, sedentarismo, mala alimentación, etc. Son los mismos factores de riesgo y esto es lo que hace que -en muchas situaciones- se confundan ambas cuestiones”.
Finalmente, llevó un mensaje alentador a quienes padecen este mal. “Dentro de los tratamientos en salud mental, el del pánico es el que mejor respuesta presenta. Las tasas de mejoría son muy altas y las de recaída muy bajas”, finalizó.
Fuente: Infobae.com
3. Teorías Conductistas. Se basa en que todas las conductas son aprendidas y en algún momento de la vida se asocian a estímulos favorables o desfavorables adoptando así una connotación que va a mantenerse posteriormente. Según esta teoría, la ansiedad es el resultado de un proceso condicionado de modo que los sujetos que la padecen han aprendido erróneamente a asociar estímulos en un principio neutros, con acontecimientos vividos como traumáticos y, por tanto, amenazantes, de manera que cada vez que se produce contacto con dichos estímulos se desencadena la angustia asociada a la amenaza. La teoría del aprendizaje social dice que se puede desarrollar ansiedad no solo a través de la experiencia o información directa de acontecimientos traumáticos, sino a través del aprendizaje observacional de las personas significativas al entorno.
4. Teorías Cognitivistas. Considera la ansiedad como resultado de “cogniciones” patológicas. Se puede decir que el individuo “etiqueta” mentalmente la situación y la afronta con un estilo y conducta determinados. Por ejemplo, cualquiera de nosotros podemos tener una sensación física molesta en un momento determinado, si bien la mayoría de nosotros no concedemos ningún significado a esta experiencia. No obstante, existen personas que interpretan ello como una señal de alarma y una amenaza para su salud física o psíquica lo cual provoca una respuesta neurofisiológica desencadenando así la ansiedad.
Clasificación de los tipos de trastornos de ansiedad
1. Trastorno de Ansiedad por la Separación: Es la ansiedad excesiva por la separación del niño del hogar o de aquellos a quienes el niño está ligado. La persona puede desarrollar una preocupación excesiva al punto de que puede ponerse reacio o negarse a ir a la escuela, estar solo o dormir solo. Las pesadillas repetitivas y las quejas acerca de síntomas físicos (tales como el dolor de cabeza, dolor de estómago, náusea o vómitos) pueden ocurrir.
2. El Trastorno de Ansiedad Generalizado: Es la ansiedad excesiva y preocupación sobre los eventos o actividades, tal como el asistir a la escuela o trabajo.
3. El Trastorno de Pánico: Es la presencia recurrente e inesperada de ataques de pánico y preocupaciones persistentes acerca de tener los ataques. Los ataques de pánico se refieren a la ocurrencia repentina de temores intensos, miedo o terror, a menudo asociados con sentimientos de desgracia inminente. También puede sentirse corto de respiración, con palpitaciones, dolor de pecho o incomodidad, sensaciones de ahogo y asfixia y el temor de “volverse loco” o perder el control. 4. Las Fobias: Son los temores persistentes e irracionales de un objeto especifico, actividad o situación
Tabla 2
Para un mejor entendimiento la clasificación de trastornos de ansiedad (DSM-IV)
Principales síntomas de la ansiedad
Los síntomas característicos de los Trastornos de Ansiedad difieren de los sentimientos habituales de nerviosismo e inquietud en que se manifiestan externamente como reacciones desproporcionadas y/o injustificadas ante estímulos o situaciones ambientales cotidianas, reacciones que escapan del control voluntario de la persona, tienen un carácter intenso y recurrente, generan incomodidad y malestar e interfieren significativa y negativamente en la vida de la persona en múltiples niveles
Panorama de respuestas de ansiedad agrupadas en los tres sistemas de respuesta humana: síntomas subjetivos, cognitivos o de pensamiento
1. Preocupación
- Inseguridad
- Miedo o temor
- Aprensión
- Pensamientos negativos (inferioridad, incapacidad)
- Anticipación de peligro o amenaza
- Dificultad de concentración
- Dificultad para la toma de decisiones
- Sensación general de desorganización o pérdida de control sobre el ambiente
2. Motores u observables
- Hiperactividad
- Paralización motora
- Movimientos torpes y desorganizados
- Tartamudeo y otras dificultades de expresión verbal
- Conductas de evitación fisiológicos o corporales
- Síntomas cardiovasculares: palpitaciones, pulso rápido, tensión arterial alta, accesos de calor
- Síntomas respiratorios: sensación de sofoco, ahogo, respiración rápida y superficial, opresión torácica
- Síntomas gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea, aerofagia, molestias digestivas
- Síntomas genitourinarios: micciones frecuentes, enuresis, eyaculación precoz, frigidez, impotencia
- Síntomas neuromusculares: tensión muscular, temblor, hormigueo, dolor de cabeza tensional, fatiga excesiva
- Síntomas neurovegetativos: sequedad de boca, sudoración excesiva, mareos
Ámbitos o escenarios en donde se presenta la ansiedad y, en especial, el ambiente laboral
Es importante mencionar que la ansiedad no es propia de un escenario, ya que se puede manifestar en el hogares, eventos sociales, deportivos y en empresas como el caso de la presente investigación. Resulta importante tomar en cuenta la existencia de una serie de estresores externos que intervienen y pueden complicar la situación: Relaciones familiares, problemas legales, problemas económicos, etc.
Fuente: Rosa Aurora Virues ElizondoUniversidad Autónoma de Nuevo León
Monterrey, México, mayo 2005
Revista Picologia Cientifica.com
Ataque de pánico: cómo identificarlo y cómo tratarlo
Las consultas médicas de quienes padecen este trastorno se multiplican. Pero ¿por qué se producen?, ¿cuáles son sus síntomas? América Directo entrevistó a un experto, quien respondió en vivo las preguntas de los usuario.
Parece ser un mal común de nuestros tiempos, ya que cada vez más gente recurre al psicólogo y al médico clínico para saber a qué se deben los síntomas que padece. Incluso, muchos consultan primero con un cardiólogo, atribuyendo las fuertes taquicardias que sienten a un trastorno del corazón.
El licenciado Pablo López es psicólogo del Departamento de Psicoterapia Cognitiva de INECO, coordinador de la Carrera de Psicología de la Universidad Favaloro y de los posgrados del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.
En una entrevista con América Directo, respondió en vivo las inquietudes de los usuarios sobre este tema.
López explicó que existen muchos factores disparadores de un ataque de pánico, tales como vivir una experiencia traumática o distintas vivencias de estrés en nuestra vida cotidiana. “Hay que estar alerta a los síntomas, los más comunes son: sudoraciones, palpitaciones, opresión de pecho, falta de aire, miedo a desmayarse, sentirse débil, etc. Hay que tener 4 sobre 13 síntomas para que podamos tener un diagnóstico de este tipo”, sostuvo.
El pánico se asocia con la depresión, porque la vida se restringe tanto por los ataques de pánico – ya que se dejan de hacer distintas actividades por temor a que aparezcan los síntomas - que esto genera un cambio en la vida de la persona.
“Lo primero que uno debe hacer es tratar de tolerar la ansiedad. La persona con pánico rechaza continuamente cualquier cambio físico que pueda llegar a sentir: si está corriendo y siente palpitaciones deja de correr, pero lo ideal es que pueda tolerar esos síntomas para poder vencer el pánico”, aconsejó el experto.
López explicó que existen condiciones médicas que tienen síntomas similares al pánico, como la epilepsia del glóbulo temporal, el prolapso de la válvula mitral o el dolor de pecho no cardiogénico (personas que tienen durante muchos años dolor de pecho recurrente y no tienen ninguna patología orgánica). “Toda las personas con pánico tienen cierta predisposición y su sistema de miedo está hiperactivado”, afirmó.
El tratamiento para vencer este trastorno es una combinación entre terapia cognitivo conductual y farmacoterapia, aunque no necesariamente todos los casos requieren medicación. “No hay ningún estudio que asocie los ataque de pánico con la muerte, pero sabemos que las personas que tienen pánico suelen presentar los mismos hábitos pocos saludables de las que tienen una enfermedad cardiovascular: fumar, sedentarismo, mala alimentación, etc. Son los mismos factores de riesgo y esto es lo que hace que -en muchas situaciones- se confundan ambas cuestiones”.
Finalmente, llevó un mensaje alentador a quienes padecen este mal. “Dentro de los tratamientos en salud mental, el del pánico es el que mejor respuesta presenta. Las tasas de mejoría son muy altas y las de recaída muy bajas”, finalizó.
Fuente: Infobae.com
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