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Aceptación, Cambio y Evolución

Aceptación, Cambio y Evolución

Aceptación

Vemos muchas veces que tratando de vencer la ansiedad, de hacer que cese, de descubrir sus causas, sus posibles soluciones, nos embarcamos en una lucha desgastante que, generalmente, no hace más que agravar el problema, o a lo sumo, nos sume en un círculo vicioso de ansiedad.

Según esto, uno puede pensar que no se puede salir de la ansiedad o que no tiene cura. Pero eso no es para nada así. Lo que debemos hacer es una tregua con nosotros mismos, con nuestros pensamientos y nuestras acciones.

¿Qué quiere decir esto? Que hay veces que hay que dejar de lado la lucha y darnos paz. Dejarnos ser con lo que nos pasa. Así de alguna manera salimos del círculo vicioso de la ansiedad, al corrernos de pensamientos, que con la intención de traernos mejorías, en realidad nos provocan más tensión y más estrés.

La no-resistencia a lo que nos pasa, es una forma de amigarnos con la situación que, muchas veces llega a traernos momentos de tranquilidad logrando finalmente apartar nuestra mente del foco de la lucha contra la ansiedad, y nos ubica fuera de ella, permitiéndonos dejar entrar otras "cosas" que, sorprendentemente, o no tanto, terminan por ayudarnos a vencer la ansiedad mediante una actitud de indiferencia hacia la misma. Me digo “si, ya sé que estás ahí, pero la vida sigue, y yo sigo con mi vida” y verás que posiblemente esto te ayude a sentirte más aliviado ya que te das tregua, y dejas de juzgarte, dejas de recriminarte qué estas haciendo para vencer la ansiedad, qué no estás haciendo, qué deberías cambiar, cómo deberías actuar o reaccionar, etc.

Cambio

Finalmente aceptamos que el “control” es algo que no existe, sino que es más bien una ilusión que termina por dificultarnos el camino hacia la mejoría y hacia la victoria contra la ansiedad. Podemos hacer lo mejor que podamos y hacer el intento es suficiente. Abandonemos la auto-exigencia, el deseo de perfección y de agradar a todo el mundo, aún a nosotros mismos. Seamos libres siendo quien somos. Vivamos fieles a nosotros mismos.


Podemos sentirnos agradecidos de darnos cuenta que:

La aceptación de aquello que nos sucede, de quienes somos y de cómo es nuestra vida, es buena y también necesaria para sanar.
Asumir y estar agradecidos de que de toda situación se aprende algo nuevo. La no-resistencia hacia lo que nos sucede nos lleva a aceptar que "esto" puede pasarnos a nosotros ¿por qué no?
La confianza en nosotros mismos es fundamental para nuestra autoestima y para sentirnos mejor.
Entender y aceptar que el control es algo ficticio. Querer controlar todo es contraproducente pues crea ansiedad. Hacemos lo que podemos.
Reconocer los cambios que podemos y necesitamos hacer, y asumir que estos cambios deben surgir de la paz y libres de autoexigencias. 


Evolución

La ansiedad aparece muchas veces para anunciarnos que hay algo en nuestras vidas que debería ser diferente. Hay algo que nos está perjudicando y que nos lleva por un camino que no nos hace bien. Esto significa que debemos evolucionar y ser capaces de reconocer qué cosas nos benefician, qué cosas nos hacen bien y nos llevan a una vida de felicidad y paz.

Saber reconocer este mensaje de advertencia es necesario para poder salir de la ansiedad porque, renovando nuestras acciones y pensamientos, es que vamos a renovar nuestra vida.

Nuestro cuerpo nos está hablando a través de los síntomas, escuchémoslo y veamos qué tiene para decirnos. También nuestros pensamientos recurrentes (éstos hay que atenderlos para ver porqué surgen y cortarlos de raíz, para no caer en un círculo vicioso de estrés, donde la mente no "para"). Prestemos atención para poder filtrar aquellas cosas que están fuera de lugar.

No hay que asustarse ante esta situación. Fíjate que este mensaje tiene una finalidad positiva para nosotros, y es bueno que exista porque de otro modo, quizás no nos daríamos cuenta de que hay que hacer cambios en nuestra vida. No siempre es tan evidente.

Pero para poder cambiar hemos de comenzar desde adentro, desde lo más profundo de nuestro ser. Ese cambio sólo se puede producir desde la más profunda, sincera y total aceptación de quienes somos y de cómo y cuál es nuestra vida. Aceptar implica permitirnos sentir lo que sea que estemos sintiendo.

Diferenciar: Cambiar y evolucionar no siempre es lo mismo

Querer cambiar puede implicar alcanzar un ideal que sólo existe en nuestra mente y eso, en sí mismo, genera tensión y miedo al fracaso. Cuando hablamos de cambio hay que tener en cuenta que ese cambio no implica dejar de ser quienes somos. Querer transformar nuestra esencia es querer cambiar nuestro ser, y eso no es lo que buscamos. La paz se halla cuando se hacen cambios en ciertas actitudes, reacciones y formas de pensar que hasta el momento venían rigiendo nuestra vida de un modo que nos afectaba negativamente. Cambiar estas conductas aprendidas es lo que nos llevará a encaminarnos hacia un modo de vivir física y mentalmente más saludable.

Evolucionar es lo que realmente nos llevará a superar la ansiedad. Como seres vivos que somos estamos en constante movimiento y cambio porque la vida es eso. Para evolucionar, lo que tenemos que cambiar es nuestro foco de atención. El no resistirse a lo que nos pasa, escuchar, observar, comprender es parte de esa evolución. El sufrimiento surge cuando no nos permitimos ser lo que somos y nos reprimimos negando la realidad en la que estamos viviendo. Esta negación nos traerá frustración, enojo, impotencia y ansiedad, por eso la raíz del cambio hacia la mejoría parte de la aceptación de nosotros mismos. Pero como bien sabemos a fuerza de intentos, los cambios no son de un día para otro, por eso la paciencia es una de las virtudes que adquirimos al sufrir de ansiedad, porque sólo a través de ella aprendemos y nos acoplamos al ritmo natural de la vida.

Fluir con la vida misma, y ser lo somos en y a cada momento, es lograr la evolución.

Cuando podemos reunir:

- La aceptación de nuestra realidad
- La no-resistencia a lo que nos pasa
- El reconocimiento de la necesidad de cambiar
- La evolución hacia la mejoría
- La paciencia para transitar este camino

Allí, en ese momento, nos estamos aceptando, dotados de la fortaleza y la motivación necesarias para gozar de la vida y de quienes somos, venciendo la ansiedad.


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